Fotografías y texto : Borja de las Heras
Tranquilidad , paz , silencio , naturaleza … son algunos de los adjetivos que describen al valle del Rudrón.
Enmarcado en un entorno abrupto y prístino , donde las estepas y los cañones son moldeados por este afluente del Ebro, el valle ha sido tradicionalmente , un paraíso para la fauna y flora propia del clima mediterráneo continentalizado.
El tiempo transcurre lentamente ,incluso me aventuraría a decir que no transcurre… aquí las prisas no existen , ni se las espera. Los pocos vecinos que moran estos pueblos , saben de la dureza de estas tierras , y a pesar de su infinita dedicación a sus huertos y cultivos, pocos son los que se atreven a permanecer allí durante los eternos y gélidos inviernos.
Las gentes del lugar , siembran con mimo todo tipo de hortalizas , y algunos árboles frutales. Es ahora en otoño , cuando los paisanos desempolvan sus varas y se disponen a azotar los omnipresentes nogales y avellanos , a fin de llenar sus despensas para un invierno que está al caer.
Otros sin embargo , se dirigen montaña arriba , en busca de un tesoro dulce y dorado.
Las abejas , defienden con celo su miel , mientras Sechu se enfunda en un traje bastante rudimentario , que le protegerá de los picotazos de las himenópteras enfurecidas ante la presencia del intruso.
– Sólo 5 kg , dice Sechu , y es que antaño , no era raro obtener más de 10 kg de miel de cada abejar.
Este viejo campesino , nos cuenta cómo sus abejas son las últimas del lugar , y es que la varroa avanza inexorablemente arrasando las colmenas de la zona.
-Son diminutos y rojizos , nos cuenta , y a veces , estos ácaros terminan con toda la colmena en lo que dura un invierno, pero de momento las suyas resisten.
Sechu es un hombre de campo , conoce bien estos valles , sus gentes y los animales que los habitan. Sospecha que algo está cambiando en la zona , antaño, los ríos se encontraban repletos de truchas , ranas y culebras . Las abejas revoloteaban por doquier y en cada camino se escuchaba el revuelo de los lagartos ocelados escondiéndose entre los matorrales cuando apretaba el sol.
Sin embargo, esto es cosa del pasado … El del valle del Rudrón , es sólo un ejemplo de la situación que viven las abejas de toda la Península, y probablemente ,de gran parte del planeta.
El 75 % de los cultivos del mundo dependen de estos pequeños insectos voladores , en los que la mortandad anual normal se sitúa en torno al 15% , pero en los últimos años ronda el 35% , llegando localmente hasta el 80%.
Este declive generalizado , se ve influenciado por 3 factores principales : la varroa , el cambio climático , y los insecticidas neonicotinoides.
La Varroa : Este ácaro comenzó a infestar las colonias europeas en los años 50 , cuando los soviéticos llevaron sus abejas a sus zonas de influencia en Asia , a fin de expandirse en el campo de la apicultura y agricultura.
Las abejas asiáticas tenían mecanismos para luchar contra estos parásitos , pero las europeas , cayeron “como moscas”. Para cuando los soviéticos se quisieron dar cuenta , ya habían traído abejas infestadas de Asia , a países como Bulgaria y Rumanía.
La invasión era ya imparable.
Cambio climático : No determina , pero influye en la desaparición de las abejas.
El cambio en los regímenes de lluvias , altera los procesos de floración de algunas plantas de las que dependen las abejas para sobrevivir.
Las abejas necesitan temperaturas superiores a 14ºC para volar , pero si por el exceso o defecto de lluvia , o por temperaturas inadecuadas , no han podido obtener el suficiente néctar , pueden llegar a volar en condiciones subóptimas durante el otoño.
Curiosamente (nótese la ironía) , los “records” de mortandad en las abejas , coinciden con los máximos de temperatura registrados en los años 2004 y 2005
Neonicotinoides : Son unos insecticidas que empezaron a ser comercializados en los años 80.
Tienen un efecto similar a la nicotina , siendo su “órgano diana” el Sistema nervioso. No matan directamente a las abejas , pero las desorienta y desequilibra , por lo que se pierden y no saben regresar a las colmenas.
Estas armas de destrucción masiva , fueron creadas por los laboratorios Bayer y Syngenta , actualmente se tiende a su retirada del mercado , pero en diversos países se siguen empleando sistemáticamente para luchar contra las plagas de diversos cultivos.
Es el momento de reflexionar , y entender que nuestro ecosistema es un engranaje compuesto de ruedas que encajan perfectamente y en el que todas son imprescindibles para nuestra supervivencia .
Algunos expertos afirman que sin abejas en el planeta , los seres humanos no seríamos capaces de sobrevivir más de 4-5 años.
Os voy a contar un secreto , a pesar de cómo he iniciado este relato, el tiempo también transcurre para todos en el valle del Rudrón ,¿ seremos capaces de proteger el futuro de las generaciones venideras como las abejas protegen sus colmenas?
Bibliografía : Elconfidencial.com/¿por qué están muriendo las abejas?