Tickets de la compra contienen bisfenol A
El bisfenol A es un disruptor endocrino que puede alterar el equilibrio hormonal y provocar otros daños a la salud.
El bisfenol A (BPA por sus siglas en inglés) es un compuesto químico empleado para fabricar plásticos de policarbonato sobre el que existe una preocupación reciente en la sociedad. El BPA ya ha sido incluido en la “Lista de sustancias altamente preocupantes” de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), ya que diversos estudios científicos apuntan a que la exposición al mismo puede relacionarse con el desarrollo de cáncer de mama, infertilidad, diabetes y otras afecciones relacionadas con una alteración en el funcionamiento del sistema hormonal.
Este tema no está exento de controversia, ya que los resultados de los trabajos son contradictorios y además, al tratarse de efectos indirectos (a través de la alteración hormonal) y que se pueden producir a largo plazo, es más difícil obtener evidencias al respecto. Seguramente tardaremos años en conocer exactamente cuáles son los riesgos y a qué dosis de exposición se producen los daños a la salud pero, mientras tanto, es preferible aplicar el principio de precaución y la legislación es cada vez más restrictiva sobre el empleo de bisfenol, especialmente en los productos de uso alimentario.
La industria está buscando alternativas para sustituir el bisfenol A pero, como muestra un estudio recién publicado en la revista Environmental Research, este compuesto aún está muy presente en nuestras vidas. Los investigadores analizaron 112 recibos de la compra procedentes de España, Francia y Brasil, y detectaron BPA en el 90% de los mismos para el caso de España y Brasil, y 50% en los tickets de Francia. Además, el equipo fue más allá y también estudió la actividad hormonal de los extractos de estos recibos, encontrando actividad biológica de carácter hormonal anti-androgénica en todos aquellos que contenían BPA.
Para el usuario son fáciles de identificar, ya que se trata de esos recibos que pierden lo impreso con el tiempo y cuando vas a devolver los pantalones que te compraste, el dependiente te dice que no se ve nada. Muchas veces lo único que encuentras es un fino polvo blanco que se desprende al sacarlos de la cartera o del monedero. El BPA es, precisamente, ese polvo blanco que te mancha los dedos.
A la vista de estos resultados y a la espera de que la legislación, que ya es estricta con respecto a los envases para uso alimentario, tome medidas al respecto, los investigadores recomiendan una serie de medidas de precaución: Por ejemplo, no debemos mezclar los tickets con la comida en la cocina al desempaquetar la compra, el pescado o la carne. Tampoco debemos jugar con ellos, ni arrugarlos para tirarlos, escribir notas o guardarlos en el coche, el monedero o el bolso. Debemos, en definitiva, manipular lo mínimo posible este tipo de tickets.
Mucho ojo con las alternativas
Una de las opciones que se está generalizando como alternativa al bisfenol A es el bisfenol-S (BPS) que tiene una estructura molecular algo similar pero con un átomo de azufre en lugar de uno de carbono. En el caso francés, donde a la vista de los resultados parece que se han tomado medidas para evitar el BPA en el papel térmico de los recibos, el BPS es el compuesto mayoritariamente encontrado.
El problema es que el BPS es también un disruptor endocrino, con una mayor persistencia medioambiental y por tanto, no puede es una opción válida. Es decir, que el remedio podría ser peor que la enfermedad y, además, la regulación al respecto tan estricta.
Mientras que se toman medidas ante lo que puede ser un importante problema de salud pública, por lo que debemos rechazar los recibos de papel térmico y exigir que la sustitución del BPA en el papel térmico prometida en España para el 2020 no se haga sustituyéndolo por papel térmico con BPS.
Alfonso Hernangil