Varias comunidades de indígenas de las amazonas de Perú y Brasil se han unido para evitar que una petrolera canadiense destruya su tierra y ponga en peligro las vidas de tribus aisladas.
Cientos de indígenas se concentraron para pedir a sus gobiernos que pongan fin a la explotación de sus tierras y la selva. La extracción del petróleo se ha comenzado en una zona propuesta como reserva para indígenas aislados.
El Gobierno peruano ha permitido que el proyecto, calorado en 36 millones de dolares, siga adelante.