La pandemia producida por la Covid-19 ha dejado huella en el medio ambiente, tanto de forma positiva como de forma negativa.
Por un lado, durante la cuarentena se redujeron las emisiones en gran parte debido al abandono de las calles y el transporte privado; por el otro, se ha incrementado el consumo de plásticos, el uso de guantes desechables y se han fabricado millones de mascarillas desechables, entre las cuales una gran parte han acabado en los mares, bosques, calles, por lo que de cara al futuro supone un riesgo para la salud de la población y el medio ambiente, además de que el virus puede sobrevivir en superficies durante varios días por lo que son un vector importante en la transmisión de esta enfermedad.
Según varios estudios realizados, se ha demostrado que los españoles son de los europeos mas concienciados de cara a las cuestiones medioambientales, la preocupación continúa presente y están dispuestos a retomar los hábitos que ya habían incorporado antes de la pandemia.
Por ello, se deberá trabajar para reducir los gases emitidos, al igual que se intentará concienciar a la población para que hagan un uso responsable de sus residuos, en concreto, aquellos generados por la pandemia para así retomar el desarrollo sostenible, para que el impacto producido sea el mínimo.