Una decena de caseríos de Urdaibai depurará sus aguas fecales con ‘filtros verdes’ Esta experiencia piloto se llevará a cabo con dos tipos de plantas acuáticas y determinará su posible aplicación en otros núcleos rurales

   El Gobierno vasco concederá una subvención de 145.200 euros al Ayuntamiento de Ibarrangelu (Bizkaia) para la instalación de un sistema de depuración natural para las aguas residuales urbanas mediante filtros verdes, en el barrio Garteiz, según ha aprobado este martes el Consejo de Gobierno.

   El Departamento de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno vasco ha elaborado un proyecto piloto de “filtro verde” en el núcleo rural de Garteiz, Ibarrangelua, dentro de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, que incorporará un innovador sistema de depuración de aguas residuales mediante plantas macrofitas flotantes.

 El innovador sistema aprovecha la capacidad física, química y biológica de varias especies vegetales para filtrar las aguas fecales. «A través de especies como el carrizo y la espadaña se logra eliminar las impurezas del agua de una forma natural y con bajo coste», explicó la consejera de Medio Ambiente, Ana Oregi.

El enclave seleccionado se encuentra en un área aislada de Urdaibai que dificulta su conexión a la red general del municipio y vierte sus aguas residuales directamente al estuario de la reserva. Para solventar este problema sin necesidad de acometer una obra complicada y costosa como la construcción de un sistema de bombeo, el Ejecutivo autonómico ha apostado por implantar los denominados ‘filtros verdes’. Las macrofitas son una familia de plantas acuáticas que inyectan la cantidad de oxígeno que el agua y los fangos necesitan para no degradarse. Segregan ácidos que eliminan las bacterias patógenas del agua. De este modo, desaparecen los residuos orgánicos mientras que los materiales pesados, nitratos, fosfatos y otros contaminantes son absorbidos directamente por la planta.

El Gobierno vasco construirá una red de recogida de los residuos con colectores por gravedad, así como acometidas a los distintos focos de vertido en las salidas de los caseríos y parcelas. A través de los ‘filtros verdes’ se procederá a la autodepuración de las aguas como sucede de forma natural en lagunas y ríos. Se habilitarán dos espacios independientes colocando en cada uno, una planta diferente para estudiar la viabilidad de ambas. El proyecto requerirá una inversión de 145.200 euros y en función de los resultados se aplicará también en otros núcleos rurales.

DEPURACIÓN SOSTENIBLE

Según Oregi, este proyecto piloto para el estudio de la viabilidad técnica de un sistema de depuración sin necesidades energéticas, permite “definir un sistema óptimo para los diversos núcleos urbanos, barrios rurales o caseríos aislados”. De esta forma, ha añadido, “se consigue que estos no estén sometidos a una economía de escala y además, se eliminen los condicionantes derivados de la ubicación geográfica y orográfica de la zona”.

La titular de Medio Ambiente ha señalado que, su localización, dentro del enclave de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, “resulta idóneo para la implantación de un sistema de depuración no convencional, más sostenible, autónomo y ecológico”. “Se trata de que de forma experimental se pueda comprobar la idoneidad técnica de la solución y su viabilidad depurativa final”, ha precisado.

Oregi ha explicado que “es precisamente en los núcleos rurales donde se pueden desarrollar los llamados sistemas blandos para el tratamiento de aguas residuales, cuya característica principal es el imitar el proceso de auto-depuración de las aguas que las plantas producen de forma natural en lagunas y ríos”. “Consumen poca energía convencional y son de bajo coste”, ha destacado.

FILTRO VERDE

Se denomina Filtro Verde a una tecnología de bajo coste y explotación que aprovecha la capacidad física, química y biológica del suelo y las plantas para depurar las aguas residuales y evaluar la viabilidad del sistema y la posibilidad de hacerlo extensivo a otros pequeños núcleos rurales.

El proyecto prevé una red de recogida entre los distintos puntos de vertido para derivar las mismas a un lugar unificado de tratamiento de las aguas residuales. La recogida y derivación se proyecta con canalizaciones soterradas con colectores por gravedad, con acometidas a los distintos focos de vertido en las salidas de los caseríos y parcelas, y el establecimiento de un tratamiento ecológico mediante filtros verdes mediante el sistema de plantas macrofitas flotantes o en grava.

“Los filtros verdes de estas plantas que flotan y, con su mínimo gasto energético y efectividad, ayudan a la consecución de los objetivos incluidos en el Protocolo de Kyoto y la Directiva Marco del Agua”, ha argumentado Oregi.

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