EL DESASTRE ECOLÓGICO DEL MAR MENOR

Por Jon Renedo Gallego

El Mar Menor, que se encuentra en el sureste de España, está sufriendo a día de hoy lo que ya se considera como un desastre ecológico, ya que la mayoría de los animales, sino todos, de los habitaban en esa masa de agua han muerto en grandes cantidades debido a la falta de oxígeno en el agua y de la vegetación autóctona del mar:

Los cuerpos de estos animales (principalmente lubinas, doradas, cangrejos y anguilas) se han ido acumulando en las orillas, aumentando así el olor a podredumbre que ya de por sí emitía el agua debido a que es el destino de una buena parte de los desechos agrícolas y urbanos (debido a una combinación de malas acciones por parte de las personas y a un mal diseño y tratamiento de residuos por parte de la autoridad competente):

 

Esta falta de oxígeno es debido a la proliferación excesiva de microalgas y bacterias, y esta proliferación es debida a su vez a la entrada de nutrientes de forma anormal en este Mar, pero no por culpa a la acción humana, como suele ser en caso por medio de sus desechos o uso excesivo de fertilizantes, sino que en septiembre del 2019 esta región fue sometida a unas inundaciones (generadas por DANA o gota fría) más duros registrados; el agua dulce y los lodos que inundaron la laguna hicieron aumentar los nutrientes que de forma natural se encontraban allí, dando lugar al fenómeno de eutrofización:

 

 

A día de hoy, después de dos meses desde los primeros indicios de eutrofización, los niveles de clorofila, turbidez y salinidad tienen tendencia positiva, pero no todavía no tienen la capacidad para mejorar los niveles de degradación que cuando se midieron por esas fechas. Por ejemplo; la salinidad antes de la gota fría era de 44,7 ppm, mientras que ahora está en 40,34 ppm. Y la clorofila antes era de 8,28 FTU y ahora de 5,3 FTU.

Vertidos sin control desde el 2016.
Este desastre ecológico no ha sido vista hasta ahora en este Mar, pero si que hubo daños ambientales debido al mal uso de fertilizantes y gestión de desechos urbanos; así en el 2016 el agua no llegaba al fondo y hasta el 85% de la vegetación. Pero finalmente, con el paso del tiempo, volvió a la normalidad las condiciones de transparencia y vegetación.
Sin embargo el DANA dio la gota que colma el vaso; al sumarse las inundaciones con la acción del hombre el nivel de los nutrientes en el agua alcanzo tal nivel que dificulta en demasía su autodepuración, sin haber alcanzado todavía aún los niveles de transparencia necesarios para una vegetación al 50% de su número normal.

 

A esta lentitud de recuperación propia que tiene el Mar Menor hay que añadirle también la acción dañina del hombre, que ralentiza esta acción por medio de tuberías sin control (se han contabilizado al menos 20 tuberías en noviembre) que vierten desechos de origen agrícola sin ningún tipo de control.
Otro añadido al problema es la poca planificación y cuidado con las redes de saneamiento, las cuales están mal diseñadas y vierten cierta cantidad de los desechos (ya sean urbanos o industriales) al Mar sin haber pasado por un EDAR.
Para impedir más el daño al Mar, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) emite expedientes sancionadores por regadíos ilegales, construcción de pozos y ampliación de la superficie regables sin notificación previa a la autoridad competente.

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